Los que fardan, suelen los que menos tienen

Pues le heriría el orgullo más que otra cosa, porque tampoco parece que quisiese mucho a su mujer. Seguro que ahora habla de ella refiriéndose a "la puta de mi ex mujer", como si él fuese un santo.

Patatas patatas, eh. De las buenas, no de esas pochas que te venden los gitanos.

Y se ve que también le repetían. Las patatas digo.

Pues eso, su propia medicina ha tomado.

Ni ADV ni leches, aquí los dos son unos impresentables. Tanto el amante como la futura pareja de tu compañero se deberían andar con ojo.

Es un macho cabrío!

Si mujer era igual de infiel que el marido, no entiendo por qué entonces ella tiene más derecho a dejarlo tirado por uno de sus amantes; al menos, él iba con la verdad por delante, aunque pudiera parecer vanidoso. ¿No hubiera sido mejor que tuvieran una relación abierta, y fin del problema?

#1 #1 dragp dijo: Los que fardan, suelen los que menos tienen@dragp o los que se ponen morados dentro del armario.

#7 #7 highlander321 dijo: Si mujer era igual de infiel que el marido, no entiendo por qué entonces ella tiene más derecho a dejarlo tirado por uno de sus amantes; al menos, él iba con la verdad por delante, aunque pudiera parecer vanidoso. ¿No hubiera sido mejor que tuvieran una relación abierta, y fin del problema?@highlander321 No creo que él quisiese que ella se fuese con otros, es lo que tiene ser un macho muy macho.

Querrá decir que las mujeres son como frutos secos, no como patatas fritas.

#9 #9 adha dijo: #7 @highlander321 No creo que él quisiese que ella se fuese con otros, es lo que tiene ser un macho muy macho.@adha Lo mismo podría decirse de la mujer; a fin de cuentas, ambos estaban en la única situación. Tal vez la única diferencia fuera que la mujer era más discreta, pero era igual de infiel y le molestaba de igual manera que su consorte tuviera amantes.

Si yo fuera hombre, que se identificara ser muy macho con ser incapaz de dominar mis impulsos racionalmente, me preocuparía mucho. Porque eso indicaría que la condición masculina es equiparable a la falta de un control racional sobre la biología. Es decir, a la falta de racionalidad, que es lo que define a los seres humanos.