¡Asco de vida! / Ayúdanos a decidir qué publicar


Ayer, estando en una discoteca, ligüé con una chica preciosa y acabamos yendo a su casa para follar. Como soy un consumidor recurrente de prostitución, justo antes de empezar le entregué por inercia un billete de 50 €. Me cruzó la cara en el acto y me largó de allí. Adiós polvo.