#27875 pues no sé cuál será peor...

¿Ambos tenéis 20 y 23 años? xD

#27871 nope, Rajoy va por las generales (estatales). A las europeas se presentaba Cañete, otro gilipollas.
Yo ya sabía que iban a ganar, pero estoy contenta, perdieron 8 escaños con respecto a las de hace 5 años, y el PSOE 9. Y entre PODEMOS y la Izq Plural consiguieron 11! :)

Sofía salió de la estancia con un portazo y se alejó a buen ritmo. Un segundo después salió también Bruno, su ayudante, quien tuvo que apurarse para llegar a su lado.
-Pandilla de lameculos de mierda...
-Venga, Sof, ya sabes como son. Nunca invierten en nada si no les das resultados.
-¿Pero qué resultados les voy a dar, Bruno? Sin financiación no voy a ninguna parte. Tengo el material, pero necesito un equipo, una lancha, acceso a los ordenadores del instituto... Si ni siquiera sé bucear-le hizo un gesto de despedida con la mano-Nos vemos mañana. Yo me voy a casa.

Ahhh es Ángel! Ten cuidado, Blood!! xD

Estoy empezando a escribir lo del caballito, pero no estoy muy inspirada... Así que voy a poner sólo el principio y otro día lo sigo.

#24 Por el interés te quiero res (chistaco malísimo xD)
Pero es verdad, siempre se va a hacer ruido donde interesa, para conseguir otros beneficios indirectos.

#14 que sí, que sí. Que se hacen barbaridades y eso es una mierda. Pero lo del toreo también.
Imagina que voy por la calle y veo dos mierdas. Señalo una y digo "eso es una mierda" y de la otra no digo nada. ¿Estoy equivocada?

#11 uf, ¿no está bien que se prohiba? A mí me parece bien que estén prohibidas las peleas de perros, por ejemplo, aunque haya gente a quien le gusten. Es ir allí a ver como matan un animal, debería ser ilegal...
No me voy a meter con las otras cosas que dices porque no tengo ni idea, pero de todos modos una cosa no quita la otra. Que no lo defiendan todo, no quiere decir que esta cosa en concreto que sí que piden no esté bien.

#2 #3 #4 #5 jajjaja me encanta. Pasemos del look del tío, yo me uno a la protesta:
La tortura no es arte ni cultura, ea

#27808 Ok, ya tengo pensada la historia más o menos, a ver si soy capaz de desarrollarla bien...
#27816 #27817 jajjajaja que majas! Aunque debo decir que en mi versión de asesina no me caigo muy bien... Podría ser asesina y despiadada, pero nunca iría de sobrada como ella, menuda flipada xD
#27824 pufff limpiar de resaca, que mal :(

Quiero más capítulos del caricaturista!!! (y de los de blood también, pero hace menos que sacó capítulo :P)
Cuando vuelva a la noche escribo mi parte, y a ver si hay capítulos nuevos de todo :)

#27803 #27804 menos mal, yo tampoco sabía lo que era jejej

Yujuuu cuánto había para leer!! Estoy enganchada a todo! Más capítulos por favor!!! :)

Yo no puedo continuar mi historia porque el prota murió :( quizás no fui muy explícita, pero pensé que se entendía... Pero si alguien me da un tema escribo otra cosa.

jajajaj blood así que te invitan a un viaje a España eh? Si es que al final vas a venir xD

#27728 Bueno, lo de "Es demasiado grande para un piso" debería ir entre comillas... no sé por qué no se copiaron...

Pues esto es lo que hay. No se me ocurrió nada mejor.

¡Comida! No podía creérselo. El primer bocado le supo un poco raro, pero estaba muy hambriento y lo devoró con ansia. Tras el festín se fue de allí a buscar un poco de agua y algún sitio en el que dormir. Aún no había llegado a la fuente cuando le empezó a arder el estómago. Era un dolor insufrible. No le gustaba hacer sus necesidades en medio de la acera, le habían enseñado que debía hacerlo en un césped, pero no pudo aguantarse. Tenía mucha sed. Estaba agotado, cada vez más agotado...

-¿¡Qué demonios haces tú aquí!?-volvió dentro de la tienda gritando-Ya verás que rápido acabo yo con esto.
-Corre. Vete-el otro hombre agitaba los brazos y pisaba el suelo con fuerza-Lárgate de aquí, rápido.
No le hizo ningún caso, y el malhumorado reapareció más tranquilo y le tiró medio filete a la cara. Agarró a su hijo por el brazo y se metieron dentro de nuevo.

La última vez que le había dado comida apareció ese otro señor, mayor que él y con cara de mal humor, les había gritado a los dos y le había dicho que no quería volver a verlo por allí. Ojalá no estuviera hoy, casi nunca estaba.
No tardó en llegar y, efectivamente, la verja del local estaba cerrada. Se dirigió a la puerta de atrás y vio al hombre tirando la basura. Se acercó a él meneando el rabo.
-¿Otra vez aquí, muchacho?-le habló en voz baja-No debes quedarte, hoy está aquí mi padre, ya sabes que no quiere que merodees por aquí. Venga, márch...
Antes de que pudiera terminar la frase, el señor mayor apareció tras él. Como siempre, tenía cara de pocos amigos, pero cuando lo vio se puso como una furia.

Finalmente vendieron la casa y se fueron a un sitio más pequeño. “Es demasiado grande para un piso” dijeron, y él nunca llegó a entrar en aquel piso. No quería marcharse, pero le dieron una patada y le tiraron piedras hasta que se alejó.
El sol estaba bajo. Pensó que la carnicería del señor amable estaría a punto de cerrar. Dio media vuelta y se dirigió hacia allí. Iba a esa carnicería todos los días, aunque hacía tiempo que el hombre no le daba nada. Pero siempre tenía una palabra afectuosa para él y lo acariciaba o le daba una palmadita en la espalda.

Recordaba cuando vivía en la casa. Ésa sí que había sido una buena época. No tenía ni una preocupación. Sólo debía vigilar a los niños y jugar con ellos, cosa que le encantaba, y a cambio tenía siempre comida de sobra y un lugar calentito en el que acurrucarse. Pero las cosas empezaron a ir mal en casa: lo primero que notó fue que le cambiaron la comida, no le gustaba tanto, pero no le importó. Luego empezaron a vender algunos muebles y los amos nunca estaban de buen humor. Ya no lo acariciaban ni le decían cosas amables. Siempre iban de aquí para allá, con el ceño fruncido

Caminaba por la ciudad sin rumbo fijo. Estaba cansado. Podía dormir en cualquier lugar, eso no le importaba, pero tenía hambre. Al lado de los contenedores a veces había bolsas con restos de comida. Cada vez que pasaba por alguno las olfateaba con la esperanza de captar algún olor... pero ya no. Cada día le costaba más encontrar algo de comer. De todos modos marcaba cada uno de ellos con su orina, por si acaso.
Antes aquella ciudad había sido un lugar de abundancia, siempre había desperdicios deliciosos e incluso los carniceros le daban huesos y sobras cuando cerraban sus tiendas. Pero hacía ya algún tiempo que eso se había acabado. La gente no tiraba nada, y los carniceros vendían los huesos para hacer sopas o guardaban lo que podían para sí mismos.